Insomnio: ese tiempo muerto,
que a veces no es tan muerto
porque los problemas olvidados
reaparecen,
se acrecentan
y se instalan como un huésped indeseado
en tu mente.
Insomnio: ese tiempo muerto,
que a veces no es tan muerto
porque pretendes descubrir de qué
color es la oscuridad y las notas musicales del silencio,
interrumpido algunas veces por los
resortes del camastro donde yaces
y los persistentes ronquidos del
vecino.
Insomnio: ese tiempo muerto,
que a veces no es tan muerto
porque recuerdas los desaciertos que has cometido a lo largo de tu vida
y te das cuenta de que muchos fueron evitables,
producto, pues, de tu inmadurez.
Insomnio: ese tiempo muerto,
que a veces no es tan muerto
porque recuerdas los desaciertos que has cometido a lo largo de tu vida
y te das cuenta de que muchos fueron evitables,
producto, pues, de tu inmadurez.
Insomnio: ese tiempo muerto,
que a veces no es tan muerto
porque te sirvió para escribir un
texto,
un poema,
un relato,
o lo que sea.
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